"Tras cuatro décadas de funcionamiento, la labor del Taller de Grabado La Estampa —antes Taller de Grabado-, sigue vigente. El propósito que Luis Fernando Mejía, Ricardo Pelaéz y luego Ángela María Restrepo, determinaron para lo que en principio debia ser su espacio particular de trabajo, continúa sin intenciones de detenerse. Justo desde el inicio, cuando Luis y Ricardo decidieron organizar un taller para poner en práctica los conocimientos de grabado que adquirieron en Italia, surgió la necesidad de que ese conocimiento pudiera extenderse a otros. Desde ese momento muchos espíritus ávidos de aprender se han vinculado al taller para aprender; el misterio del proceso del aguafuerte o del aguatinta, o incluso la punta seca, no deja de atraer mentes inquietas porque su secreto debe ser aprehendido y aplicado.
Finalmente, y como se puede apreciar aquí, la crónica del taller surge a través de las personas que lo habitan, o lo han habitado, de sus inquietudes, de sus tertulias, o de sus impulsos. Se dice que un taller de grabado vale en tanto contenga las herramientas: sean las prensas, los rodillos, los punzones o los bruñidores, y en parte puede ser así. Tener los recursos materiales facilita la labor del grabador, del impresor, del artista, pero lo esencial en un taller son las personas; quienes trabajan y lo ocupan son quienes le dan forma y sentido. Y en ellas se encuentra contenida la esencia que ha mantenido activo al Taller de Grabado La Estampa. Empezando por la persistencia de Ángela y el apoyo incondicional del grupo de asistentes que ahora reunen una fracción de sus resultados en Policroma para dar cuenta de muchos años de experiencia y trabajo compartido."
Jorge Rodríguez
instagram.com/tallerdegrabadolaestampa
